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- Desayuno. La primera comida del día debe contener entre el 20 y el 25% de las calorías totales diarias. Puedes comenzar con un vaso de zumo natural y una pequeña cantidad de cereales integrales, y continuar con un vaso de leche (con algo de café, té o cereales para disolver) acompañado de una tostada con aceite de oliva. Una ingesta que incluya los ingredientes básicos te asegurará poder hacer frente a tus tareas físicas e intelectuales. También se puede tomar varias piezas de fruta seguida de un tazón de leche.
- Comida. Platos nutritivos y bajos en grasa es la base de una comida equilibrada. Pero debes asegurarte que contienen los carbohidratos (pan, pastas, arroz, legumbres, etc.) suficientes para obtener la energía necesaria. Un plato de pasta o de verduras, seguido de una pieza de carne magra, puede ser la opción. Prepara la comida en casa y evita los platos precocinados.
- Cena. Reserva las ensaladas (la lechuga ayuda a combatir el insomnio) y el pescado para este momento del día. La cena debe ser comedida y no copiosa para asegurar el descanso nocturno. No tomes alimentos grasos ni condimentados porque te provocarán molestias en el estómago y te impedirán tener un sueño reparador.
Radicales libres y antioxidantes. Los radicales libres provocan la oxidación, envejecimiento y muerte prematura de nuestras células y los antioxidantes neutralizan este proceso.
Radicales libres. Tienen una función positiva para nuestro organismo en cantidades moderadas, pero un exceso es perjudicial, asociándose, junto a otros factores, a la aparición de determinadas enfermedades, como pues ser el cáncer.
Su origen puede estar determinado por:
- La contaminación atmosférica
- Humo del tabaco
- Herbicidas y pesticidas
- Determinadas grasas como las frituras
- Alimentos como los productos ahumados y asados en la barbacoa
Antioxidantes. Actúan liberando electrones a nuestra sangre, son captados por los radicales libres y se convierten en moléculas estables. En personas afectadas de neuropatías, se han encontrado niveles disminuidos de antioxidantes.
Conviene tomar los siguientes antioxidantes:
- Vitamina C: se encuentra en la fruta fresca, cítricos, fresas, cerezas y ciruelas. Determinadas verduras también son ricas en vitamina C como los pimientos verdes, las verduras de hoja verde oscura y la lombarda.
- Vitamina E: presenta en las avellanas, las nueces, los gérmenes, las semillas y los aceites de pescado.
- Beta- caroteno: se encuentra en las zanahorias, los cítricos y vegetales de hoja verde oscura.
- Selenio: mineral presente en el pescado, productos lácteos, cebolla, ajo, tomate, etc. Su carencia puede provocar debilidad y quizás tenga cierta responsabilidad en el dolor muscular.
- Aporte de Calcio y Magnesio. Son dos minerales fundamentales en la dieta de la persona con fibromialgia. El aporte necesario hay que tomarlo a través de los productos naturales pero, cuando no es posible, hay que recurrir a los suplementos.
Información extraída de: http://www.discapnet.es/Castellano/Paginas/default.aspx
http://fibromialgiadolorinvisible.blogspot.com.ar/2013/01/fibromialgia-un-menu-saludable.html
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