MADRID, 18 Mar. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Universidad Estatal de Ohio en Estados Unidos han conseguido detectar, por primera vez, la 'firma molecular' de la fibromialgia, y, gracias a este descubrimiento, desarrollar una prueba de sangre - aún en investigación- capaz de detectar con precisión la enfermedad.
El trabajo, que aparece publicado en el 'Journal of Biological Chemistry', esperan que allane el camino para un diagnóstico "simple y rápido". Asimismo, además de conseguir identificar de biomarcadores de la fibromialgia, han conseguido con estos marcadores diferenciarla de otras enfermedades relacionadas.
El descubrimiento podría ser un punto de inflexión importante en la atención de los pacientes con una enfermedad que a menudo se diagnostica erróneamente o no se diagnostica, "dejándolos sin el cuidado y el asesoramiento adecuados para controlar su dolor crónico y la fatiga", ha señalado el investigador principal Kevin Hackshaw, profesor asociado en el Colegio del Estado de Ohio de medicina y un reumatólogo en el centro médico de la universidad Wexner.
La identificación de biomarcadores de la enfermedad, una "huella dactilar metabólica" como la que se descubrió en el nuevo estudio, también podría abrir la posibilidad de tratamientos dirigidos. "Encontramos patrones metabólicos claros y reproducibles en la sangre de docenas de pacientes con fibromialgia. Esto nos acerca mucho más a un análisis de sangre que nunca", ha señalado.
Para diagnosticar la fibromialgia, los médicos ahora confían en la información informada por el paciente sobre una multitud de síntomas y en una evaluación física del dolor del paciente, centrándose en puntos sensibles específicos. Pero no hay un análisis de sangre, no hay una herramienta clara y fácil de usar para proporcionar una respuesta rápida.
Aunque la fibromialgia es actualmente incurable y el tratamiento se limita al ejercicio, la educación y los antidepresivos, un diagnóstico preciso tiene muchos beneficios. Estos incluyen descartar otras enfermedades, confirmar a los pacientes que sus síntomas son reales y no imaginados, y guiar a los médicos hacia el reconocimiento de la enfermedad y el tratamiento adecuado.
"La mayoría de los médicos hoy en día no cuestionan si la fibromialgia es real, pero todavía hay escépticos", ha señalado el investigador, quien recuerda que a muchos pacientes no diagnosticados se les recetan opioides que no han demostrado beneficiar a las personas con la enfermedad.
"Cuando observan clínicas de dolor crónico, aproximadamente el 40 por ciento de los pacientes que toman opioides cumplen con los criterios diagnósticos de la fibromialgia. La fibromialgia a menudo empeora, y, ciertamente, no mejora con los opioides".
Por otro lado, este trabajo podría llevar a la identificación de una proteína o un ácido en particular, o una combinación de moléculas, vinculadas a la fibromialgia. "Podemos mirar hacia atrás en algunas de estas huellas dactilares e identificar potencialmente algunos de los químicos asociados con las diferencias que estamos viendo", ha añadido Rodríguez-Saona.
Además de identificar la fibromialgia, los investigadores también encontraron evidencia de que la técnica de huellas dactilares metabólicas tiene el potencial de determinar la gravedad de la fibromialgia en un paciente individual. "Esto podría llevar a un tratamiento mejor y más dirigido para los pacientes", ha conclido Hackshaw.
LOS RESULTADOS SON DE UN PEQUEÑO ESTUDIO
Hackshaw y el coautor Luis Rodríguez-Saona, experto en el método de prueba avanzado utilizado en el estudio, han señalado que el siguiente paso es un ensayo clínico a mayor escala para determinar si el éxito que vieron en esta investigación se puede repetir. El estudio actual incluyó a 50 personas con diagnóstico de fibromialgia, 29 con artritis reumatoide, 19 con osteoartritis y 23 con lupus.
Los investigadores examinaron muestras de sangre de cada participante utilizando una técnica llamada espectroscopia vibratoria, que mide el nivel de energía de las moléculas dentro de la muestra. Los científicos en el laboratorio de Rodriguez-Saona detectaron patrones claros que establecen de manera consistente los resultados de las muestras de sangre de los pacientes con fibromialgia, aparte de aquellos con otros trastornos similares.
Primero, los investigadores analizaron muestras de sangre de participantes cuyo estado de la enfermedad sabían, para poder desarrollar un patrón de referencia para cada diagnóstico. Luego, utilizando dos tipos de espectroscopia, evaluaron el resto de las muestras a ciegas, sin conocer los diagnósticos de los participantes, y agruparon con precisión a cada participante en el estudio en la categoría de enfermedad adecuada en base a una firma molecular.
"Estos resultados iniciales son notables. Si podemos ayudar a acelerar el diagnóstico para estos pacientes, su tratamiento será mejor y probablemente tendrán mejores perspectivas. No hay nada peor que estar en un área gris donde no se sabe qué enfermedad tiene", ha señalado Rodríguez-Saona.
Su laboratorio se centra principalmente en el uso de la tecnología de 'huellas dactilares metabólicas' para la investigación relacionada con los alimentos, se centra en temas como la adulteración de la leche y los aceites de cocina y ayuda a las empresas agrícolas a descubrir qué plantas son las más adecuadas para combatir las enfermedades.
Rodríguez-Saona espera que en el próximo estudio se examinen a 150 a 200 sujetos por grupo de enfermedad para ver si los hallazgos de esta investigación son replicables en una población más grande y diversa. Mientras que Hackshaw ha explicado que su objetivo es tener una prueba lista para un uso generalizado dentro de cinco años.
MÁS DEL 60% NO ESTÁ DIAGNOSTICADO
La fibromialgia es la causa más común de dolor crónico generalizado en los Estados Unidos y afecta de manera desproporcionada a las mujeres. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. estiman que aproximadamente el 2 por ciento de la población, alrededor de 4 millones de adultos, tiene fibromialgia. Otras organizaciones estiman números aún más altos.
Aproximadamente tres de cada cuatro personas con fibromialgia no han recibido un diagnóstico preciso, según investigaciones anteriores, y quienes sí saben que tienen la enfermedad esperaron un promedio de cinco años entre el inicio de los síntomas y el diagnóstico.
Los síntomas comunes incluyen dolor y rigidez en todo el cuerpo, fatiga, depresión, ansiedad, problemas para dormir, dolores de cabeza y problemas de pensamiento, memoria y concentración.
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